Hoy nos hemos sentado a charlar con el mayor de los González. Ignacio González García es un triatleta malagueño, integrante del Triatlón Inforhouse Santiago, que desde muy pequeño le gustó esto del triatlón. Su casa está repleta de trofeos y medallas que dan fe de sus grandes logros a nivel nacional e internacional como son el de Campeón de España Universitario, Copas de Europa o el título de Campeón Iberoamericano.
Pero un día algo se torció e Ignacio tuvo que replanteárselo todo. Él mismo nos cuenta su propia historia.
Hola Ignacio, te llevamos viendo en las competiciones desde bien pequeño. ¿Recuerdas aquella época?
¡Pues claro que la recuerdo! Aquella fue una gran época. Cuando yo era chiquitito mi padre trabajaba en la Federación Andaluza de Triatlón y recuerdo que siempre le acompañaba a las competiciones. El primer triatlón en el que recuerdo participar fue en Carranque (hoy Ciudad Deportiva Javier Imbroda) aquí en Málaga. Se nadaba en la piscina y se corría en el interior del complejo para finalizar en la pista. No teníamos ni traje ni nada y participábamos con bicicletas de montaña. Jajaja. No sé qué edad tendríamos, pero supongo que seis o siete años. Fue a partir de ahí cuando comencé a hacer más triatlones a nivel provincial, pasando a nivel andaluz, nacional y buscando el nivel internacional de los últimos años.
Podríamos decir que en el mejor momento de tu carrera tuviste que hacer un break y pasar por quirófano. ¿Nos podrías contar qué fue lo que pasó? ¿Qué tipo de lesión sufriste?
Ya había padecido ciertas lesiones en la rodilla. Las primeras aparecieron en mi rodilla izquierda en 2013/14. Después en 2016/17 volví a sufrir molestias que me tuvieron 4 y 5 meses parado. Pero estas últimas molestias, las del 2019…
Recuerdo que esa mañana de julio, había realizado un gran entrenamiento y por la tarde, bajando unas escaleras, note que en mi rodilla algo no iba bien. Pasaron los días, las semanas y traté de volver a hacer todo lo que solía hacer con mis rodillas, pero esta vez ya no funcionaban.
¡Probé de todo! Todas las técnicas que se pueden imaginar, hice un trabajo muscular muy completo y hasta me quité las muelas del juicio. Pero nunca tuve un buen diagnóstico. Ahora, cuando miro atrás, me arrepiento de no haberme tratado yo mismo con un profesional y haber hecho las cosas que había que hacer desde el primer momento. De no haber hecho una resonancia de contrastes para tener un diagnóstico claro y, a raíz de ahí, saber qué tipo de soluciones o intervenciones se hubieran podido dar.
Fue después de la pandemia a finales de 2020 y principios del 2021 cuando conseguir la resonancia magnética. Visité un traumatólogo, a Miquel, en el País Vasco, y pedí una segunda opinión, aquí en Málaga, al Doctor Antonio Narváez. Ambos confirmaron que era una plica.
Ante este diagnóstico me ofrecieron la opción de hacer bicicleta durante un mes, cambiando la técnica y ganando movilidad del isquitibial. La otra opción era la intervención quirúrgica. Así que pasado ese mes y viendo que la cosa no mejoraba, tomé la decisión, que no fue nada fácil para mí, de entrar al quirófano para someterme a la operación.
Cuando pasó lo de 2019, estaba preparando el Mundial Sub23, de Lausanne. Venía de hacer un gran año. Todo estaba saliendo como uno puede imaginar y en el mejor momento, de repente, todo se viene abajo.
Tras todo aquello siempre uso una frase de Zenón para decirle a la gente:
“Tuve un viaje muy próspero gracias a sufrir un naufragio.”
Al final he hecho y he aprendido otras cosas, he estado un tiempo desconectado del deporte que, aunque parezca que no, también se necesita. Y ahora estoy volviendo poquito a poco.
La recuperación de esta lesión te ha mantenido años alejado de las competiciones ¿Qué supuso para ti? ¿Cómo te sentiste?
He de reconocer que cuando me lesioné venía de una gran carga de volumen y muchas horas de entrenamiento, así que por un lado sentí alivio. Recuerdo que las semanas siguientes a la molestia no paraba de dormir, me levantaba tarde, me echaba siestas largas, pero, aun así, no paraba. Recuerdo mi afán por seguir manteniéndome. Me ponía el Pull y hacia doble sesión de 4.000 y 5.000 metros. En aquel momento me fui a Puigcerdà, en el Pirineo, para preparar el Mundial de Lausanne y estando allí intentaba hacer todo lo posible por no perder la forma porque tenía la esperanza de recuperarme, pero la rodilla no mejoraba. Después llegó la frustración.
Tras eso te das cuenta de que es hora de hacer un parón, asentar la cabeza y decir: “Oye Ignacio, esto hay que solucionarlo. Ahora toca descansar y hacer cosas diferentes”. Empecé a estudiar un poco de nutrición, a salir con los amigos y a llevar una vida más normal. Recuerdo que por aquella época leía mucho.
Todo aquello me ayudó a ser más fuerte y a darme cuenta que hay que afrontar las adversidades. Al final, cada uno decide cómo hacerlo para sortear los obstáculos y alcanzar sus objetivos.
Siempre digo que el tamaño de una persona no se mide por lo grande que es, sino por la capacidad que tiene de hacer frente a todas aquellas adversidades que le va poniendo la vida y que es capaz de afrontar.
A mi todo esto me sirvió para darme cuenta de todo lo que tengo y valorar mucho más el poder salir a correr cada día.
Nos alegra ver que ya estás de vuelta y compitiendo a muy buen nivel, llegando incluso a proclamarte Campeón de Andalucía de Triatlón Olímpico, hace solo unos meses. ¿Cómo te planteas tu futuro deportivo?
Mi vida ahora ha cambiado. Estando lesionado aproveché para estudiar y ahora he aprobado unas oposiciones.
La rodilla ya no me duele, no me molesta y aunque todavía tengo que tener cuidado con ella, poco a poco iré incrementando las cargas porque sé que eso está ahí y no me puedo descuidar. Debo tenerlo todo controlado al milímetro.
A nivel deportivo vuelvo a tener una oportunidad. Ahora estoy entrenando y debo ver hasta dónde puedo llegar. Obviamente volver otra vez al alto nivel nacional e internacional es ilusionante, pero quiero ser cauto e ir paso a paso. Los entrenamientos me irán diciendo a qué competiciones puedo ir y hasta donde puedo llegar, pero sobre todo disfrutando, disfrutando del camino y de la competición.