Hay pocos lugares en el mundo tocados por la traviesa varita de la excelencia, de lo enigmático, de lo bello, de lo inigualable, de lo mágico, de lo puro. Sin lugar a dudas, Almonaster la Real (Huelva) es uno de ellos.
Ejemplo de unión y convivencia entre tres culturas (cristiana, judía y musulmana), Almonaster lo es también entre deporte, paisaje e historia gracias a su precioso duatlón que suma dureza, naturaleza y belleza. En su recorrido, como si de fieles acudiendo a su templo a orar se tratase, los duatletas tendrán que subir a su Mezquita (oratorio islámico del siglo IX erigido sobre una basílica visigoda del siglo VI) plasmando su fe en ellos mismos para vencer las duras rampas que se encontrarán. Por lo que significa este lugar y esta prueba, constituye un auténtico placer para los sentidos y un honor sin igual.
La cuarta edición del Duatlón “Aldeas de Almonaster” se celebrará el próximo 3 de abril, siendo, posiblemente, el duatlón más bonito y duro que se celebra en Andalucía. Tanto la, ya mencionada, carrera a pie como el segmento de ciclismo (cuya referencia y punto de giro se hallará en la aldea de Gil Márquez) se caracterizan por su gran desnivel a superar lo que obligará a los participantes a dar lo mejor de cada uno, a no escatimar en energías y ganas, a comprobar lo que significa lo más puro y sincero del deporte, el esfuerzo propio y sincero, la quintaesencia del duatlón.
Aunque todos los duatletas sean merecedores del mejor de los aplausos y las felicitaciones, sólo el mejor y la mejor serán honrados con el trofeo más bello posible, una réplica de la Mezquita. Nunca hubo ni habrá más bella presea.
La lucha está planteada en el mejor escenario posible. La solución, el domingo en Almonaster.